domingo, 27 de abril de 2014

Día de Penitencia

19 de Abril, Sábado santo, 8:30 de la mañana, es la hora de vía crucis propio. Objetivo, llegar al punto más alto de la isla, "Sa Talaia", unos 475 metros sobre el nivel del mar. 

Pero antes hay que llegar hasta la subida final, 26 km de camino, así que me pongo "piernas a la obra" y en cuestión de poco más de una hora llego. El recorrido es un sube y baja constante el cual hace que las piernas se calienten bastantes,hace un día bastante bueno y soleado, la isla ya empieza ha estar más poblada y eso se nota. El tráfico es más denso, también hay más deportistas por los caminos, algo que también anima.




Ya estoy al comienzo de la subida, desde abajo se divisan las antenas que hay en la parte más alta del monte. Trago de agua y comienzo mi penitencia particular, una subida de unos 4 km, la primera parte de la subida es algo más llevadera, pues hay algún pequeño descanso. Todo este tramo lo hago del tirón, al llegar al cruce empieza lo bueno de verdad, rampas de hasta el 15%. Primeros 500 metros hechos, no sin esfuerzo, quizá demasiado.    

Pongo el pié en tierra para recuperar el aliento, aunque en menos de un minuto continuo con mi camino, 300 metros más llego a una pendiente de hasta el 17%, ahora sí que no puedo más y pongo el pié a tierra, menuda decepción, aún así subo esta rampa a pie con mi bici a cuestas, el objetivo es llegar hasta arriba, sea como sea. Eso hago, después de pasar el peor tramo, me vuelvo a subir a la bici y continuo hasta el final. Estoy exhausto, pero contento, las vistas son increíbles, prácticamente se ve toda la isla, Formentera e incluso los días claros la península.

                         














Una vez que he disfrutado de las vistas y recuperado el aliento, me pongo en marcha. Lo bueno de una buena subida es que siempre suele haber una buena bajada y esta no va a ser menos, lo malo de las bajadas es que terminan muy pronto. Además todavía otros 26 km para llegar hasta casa. 

Han pasado 3 horas y cuarto desde que salí de casa y estoy deseando dejar la bici e irme un ratito a la playa, es lo bueno que tiene vivir en esta isla, jiji. ¿cual será le próxima?

Os dejo una dirección donde se puede ver la subida a Sa Talaia publicada por otro aficionado, donde describe perfectamente el recorrido, por si os animáis. Eso sí avisadme que me apunto.

martes, 22 de abril de 2014

Por tierras alicantinas


Esta Semana Santa he tenido la oportunidad, debido a que he pasado allí las vacaciones, de entrenar por tierras alicantinas. El lugar en concreto es el municipio de El Campello, situado a escasos kilómetros de Alicante. Se trata de un terreno complicado para alguien que no está acostumbrado a rodar por sendas con tanta piedra suelta, con bajadas tan técnicas, que obligan, en más de una ocasión, a poner pie a tierra y llevar la bici a hombros. Con todo, cuando uno se acostumbra un poco al terreno, se encuentran trialeras y senderos muy divertidos para la práctica del btt, así como kilómetros ascendentes como para quedarte sin aliento, si lo que te gusta es poner el plato pequeño y sufrir encima de la bici.

La primera salida larga fué un recorrido circular, por carretera en todo momento, que transcurría por los municipios de El Campello, Busot y Aigües. 33 kilómetros bastante intensos por las rampas que hay que sortear hasta llegar a Aigües, pero con unas vistas impresionantes de la sierra del Cabezo d’Or o Cabezón de Oro (aunque la translación semántica sería Cabezo de Aguas). 



Comienzo cogiendo, desde la N332 a su paso por El Campello, la carretera CV777. En cuanto llego a la altura, al poco tiempo, de unos grandes invernaderos de árboles frutales, la carretera empieza a picar hacia arriba, y salvo alguna zona de descanso, no dejaría de subir hasta la llegada al municipio de Aigües. Entre medias, me encontraría con una rápida bajada a lo "Tour de Francia", con barranco incluido en el margen de la misma.

Desde Aigües, ya todo hacia abajo a través de la CV775. Con más trafico que en la salida, debido a la hora y a una zona más turística, toda precaución es poca, pegándome todo lo que puedo al estrecho arcen.

Tras finalizar el descenso, entro de nuevo a El Campello, esta vez por su arteria principal, el Carrer Sant Bartolomeu y dejando a mi izquierda su puerto deportivo y uno de sus principales lugarés de interés histórico, la Torre Vigía de la Illeta, construida entre los años 1554 y 1557 para proteger a la población de los continuos ataques de los piratas berberiscos.


Puerto deportivo y, al fondo, Torre Vigía de la Illeta


La segunda salida digna de comentar comenzaba, como anteriormente, en el municipio alicantino de El Campello, recorriendo, hacia el sur, toda la costa. El primer objetivo del día fue el Cabo de la Huerta ó Cap de l´Horta como se conoce por estas tierras, haciendo una clara alusión a la cercanía de la Huerta de Alicante.





Todo el trazado que rodea el cabo es bastante técnico, con zonas  de roca y senderos muy estrechos que obligan de vez en cuando a cargar a cuestas con la bici sorteando peñascos de considerable tamaño.

Cabo de la Huerta
Cabo de la Huerta
Cabo de la Huerta


















Una vez superado el primer escollo del día, me dirijo, ahora por carretera, hacia el Castillo de Santa BarbaraYa en la ciudad de Alicante, se trata de una construcción situada en lo alto del monte Benacantil y que data de finales del siglo IX, estando la zona bajo dominio musulmán.

 
Monte Benacantil con el Castillo de Santa Bárbara en la cima

Es una subida bastante corta, pero que al final se atraganta un poco, ya que la pendiente de los últimos metros pasa factura. Uno se confía pensando en el poco kilometraje subiendo bastante alegre y en el final de la ascensión sientes al tio del mazo echándote el aliento en la nuca. Ya en la entrada del castillo, es momento de barrita energética y disfrutar de las hermosas vitas de la costa.

Vistas desde el Castillo de Santa Bárbara
Entrada del Castillo de Santa Bárbara

Tras el merecido descando, bajo atravesando por un camino muy rápido en línea recta hasta la base del monte y, de ahí, vuelta a El Campello por rápidas avenidas que permiten subir levemente una media bastante baja por la orografía y dificultad del terreno.


lunes, 21 de abril de 2014

Caleruela - Talavera ( Gamonal- Alberche)

Miércoles Santo 9:00 de la mañana destino Talavera. Las vacaciones de Semana Santa me han permitido recorrer el último tramo de nuestro reto, siempre está bien conocer al enemigo. Salgo de casa con idea de hacer 1:30 con dirección Talavera pensando en hacer un total de 3:00 horas encima de la burra y con esa idea tomo la carretera que une Caleruela-Herreruela haciendo unos primeros kms algo lentos las piernas aun frías y torpes no me permiten coger un buen ritmo.

Cruzo Herreruela y ya en el camino que une a este con Lagartera el cuerpo rompe a sudar y empiezo a tener buenas sensaciones. El terreno en buen estado permite rodar bien y con buen ritmo recorro las empinadas calles de Lagartera en busca del camino que me llevara a Oropesa. Este tramo de “camino” de asfalto está lleno de subidas y bajadas pero las piernas están respondiendo bien y me planto en Oropesa sin ningún problema. Atravieso Oropesa, que todavía está despertando, en dirección al camino que sale desde el polideportivo del pueblo, camino de tierra pero con un firme muy bueno permite bajar a gran velocidad y disfrutar de un buen merecido tramo de descanso. En la bajada dejo a la derecha un hermoso lago y justo tras pasarlo cruzo la vía del ferrocarril.

El camino bastante descuidado va alternando tierra, gravilla, barro y asfalto haciendo que rodar sea algo complicado en algunas ocasiones. Pese al terreno sigo avanzando a buen ritmo disfrutando del paisaje que dejo a mi derecha, fincas de encinas donde pastan ovejas, vacas y caballos y así con esta compañía llego al desvió de la autopista de Alberche-Gamonal a unos 5 kms de Talavera donde decido dar la vuelta con el objetivo cumplido de rodar 1:30 con dirección Talavera. Unos pocos metros más y ya encuentro en el camino que trascurre al lado de la carretera de Extremadura.

El regreso por el mismo camino se convierte en una pequeña simulación ya que ahora si este sentido es el que llevaremos el día que realicemos este gran reto. El día que recorramos esto caminos intentando cumplir el reto de la I Caleruelada nuestras piernas irán con unos 110 km encima y seguramente más de 6 horas de bici pero este pequeño simulacro nos puede aportar información interesante para ese día.

El camino de regreso ligeramente favorable permite rodar a gran ritmo pese al cansancio y sobre todo se agradecen las zonas de asfalto donde los brazos pueden descansar de las zonas bacheadas. Esta tendencia comienza a cambiar cuando se empieza a divisar a lo lejos Oropesa. Su castillo en lo alto me indica que tocara sufrir subiendo hasta el pueblo pero todo lo contrario la subida hasta Oropesa es muy tendida salvo unos pocos metros el camino se hace corto y pronto aparezco en las calles de Oropesa, llenas de vida y con un gran ambiente de vermut que ya va siendo hora.


El sol empieza a golpear con fuerza, cerca de 30 grados, y el terreno aunque siempre favorable empieza a ser algo más duro debido al desgaste acumulado. El tramo Oropesa – Lagartera – Herreruela se hace rápido siempre favorable y quizás el día de la Caleruelada I nos anime para rematar este gran reto. En Herreruela mi cabeza esta fuerte y decido girar con destino a Calzada para hacer unos cuantos kms más, en ocasiones la locura no tiene límite… Recorro los últimos kms con buen ritmo y disfrutando de haber rodado 3:00 sin muchos apuros, buenas sensaciones y sobre todo ganas de seguir adelante con nuestro reto.

Os dejo el track de la ruta realizada que me ha dicho un pajarito que dentro de poco algún miembro del equipo seguirá mis pasos.

miércoles, 9 de abril de 2014

Lo que mal empieza ... - Bonus Track

Como una imagen vale más que mil palabras, que mejor manera para demostrarlo que dejaros este video para resumir la experiencia del pasado domingo.

lunes, 7 de abril de 2014

Lo que mal empieza....


Y es que el día ya nos avisaba, desde primera hora, que en la cama era donde mejor podíamos pasar esta mañana de domingo. Amanecía con una niebla espesa, que impedía ver más allá de un par de metros, y una humedad de esta que empapa, más propia de un chaparrón que de la propia niebla. Pero ya puestos en faena no ibamos a dar media vuelta, aunque ganas dieran, y muchas.


Getafe Leganés

Decidimos repetir por los cortados de Rivas-Vaciamadrid, pero ampliando la ruta unos kilómetros hacia la presa del río Jarama, zona verde, con mucho pino y bonitas vistas y así, con esa idea, salimos desde la casa de Adri. Como decía la mañana nos iba mandando señales de que no era un buen día para salir y con apenas tres kilómetros en las piernas Adri sufre un pinchazo que nos supondría la primera (de unas cuantas) parada por problemas mecánicos. La cosa se complica, como no podía ser de otra forma, porque no llevaba camara de repuesto. Finalmente, nos salva un grupo de cicloturistas que pasaban por el Cerro de los Ángeles y que gustosamente nos ceden una.


Pinchazo en el Cerro


De nuevo en marcha, y convencidos de que ya no puede haber más problemas, cogemos el carril bici dirección a Perales del Río, donde la niebla es aún más densa y si antes no se veía más allá de dos metros, por esta zona rondaría el metro o metro y medio (Sin exagerar un ápice, como se observa en la foto).


Carril hacia Perales del Río


Ya en la carretera hacia San Martín de la Vega cogemos el desvío hacia unas instalaciones del Canal de Isabel II y a partir de ahí, dejamos atrás el asfalto para adentrarnos por pistas, sendas y trialeras. En este momento surge un punto de inflexión que sería determinante para el resto de la jornada. Podíamos coger una senda estrechita y llena de barro y balsas de agua o una pista ancha y cómoda para rodar. Como es lógico en un día como este no podiamos hacer otra cosa que coger la opción del barro y el agua.
La bici de Adri Los pies de Adri
Alberto al 100% Caída absurda
Desde ese momento ya fuimos definitivamente en caída libre (y aquí si que no exagero ni un poquito). Cada metro que avanzábamos era peor que el anterior. Donde al principio era un poquito de barro, luego era un suelo empapado y arcilloso donde te quedabas literalmente clavado. Donde al principio eran charcos divertidos, luego eran balsas que te llegaban por encima del tobillo. Todo eso hacía que fuera cada vez más complicado rodar, y que fueramos acumulando en las ruedas barro y ramas que teníamos que ir quitando con los dedos cada pocos metros. Tanto forzamos que partí el cambio de atrás (segunda parada). La patilla que une el cambio al cuadro se había roto y la única solución era cortar la cadena y convertir la bici a piñon fijo. Tarea que se complicaba con barro por todos lados.

Arreglando el cambio

Cuando creíamos que no podíamos tener peor suerte Adri, rememorando la jornada de los perros que ya comentamos en otro post, divisa a lo lejos una vaquilla con mirada aviesa, que tras un sprint a lo Usain Bolt intenta atacarnos. Menos mal que había un valla con pinchos, pensamos, y la vaquilla se fue hacia otro lado. Por fin conseguimos hacer un apaño a la bici, nos montamos y en ese preciso momento Adri rompe su cambio. Nueva parada y ya, encabronados, volvemos a sacar las maltrechas herramientas. Y como siempre se puede poner peor cualquier situación, aparece en esecena de nuevo la vaquilla, precedida de unos gritos de cilcistas. A lo visto, la vaquilla tenía ganas de sangre de ciclista y había encontrado un hueco en la valla, causando el pánico. Tuvimos suerte y cogío un camino diferente, aunque ya habíamos previsto un inteligente plan de huida.

Otro apaño a la bici y tras rodar unos metros yo parto la cadena y el compañero Adrián parte el cambio trasero. Ya si que no hay solución posible que no sea echarnos a llorar y llamar a alguien pidiendo socorro. Así hacemos, y llamamos a nuestras chicas, a las que estaremos siempre agradecidos, para que nos salven de ese infierno de lodo y fieras salvajes.


Las rescatadoras


Pero aún nos queda llegar a Rivas para que nos recojan. Unos Cinco kilómtros (tres si no le hubiera hecho caso a Adri) andando y aprovechando las cuestas favorables para tener un descanso. Y al fin,  llegamos al punto de encuentro. Un aquarius y unos donetes para recuperar fuerzas y para casa, no sin antes darles un agua a las bicis. 

     
Un mal día, del que por sacar algo positivo podemos hablar de la buena gente que te encuentras por los caminos, dispuestos en todo momento a echarte una mano si lo necesitas.