miércoles, 4 de junio de 2014

¿Domingo sin perros?

Ni era domingo, ni hubo perros. Era sábado 31 de Mayo, 9:00 de la mañana, en Leganés con nuestras bicis preparadas, el ánimo a tope y un objetivo, hacer 90 km. Algo más de la mitad del objetivo final.
Sin más tiempo para pensarlo nos ponemos en marcha. Un recorrido ligero y con una temperatura fresca llegamos rápidamente a Boadilla del Monte. En la cabeza sigue estando nuestro objetivo, este es llegar hasta Villanueva del Pardillo, aunque los caminos cercados y un GPS más que rebelde, hacía intuir que no iba a ser tarea fácil.

Dejando atrás el Encinar de Boadilla, Las Lomas y encarando hacia Entrealamos, las dudas parecen disiparse, más aún con una larga bajada que Alberto y Adri que con su dominio sobre la bici, no dudan en aprovechar, mientras que yo más miedoso y desconfiado de mi maquinaria, desciendo despacio ¿y ahora donde estamos? ¿un riachuelo? No pasa nada lo bordearemos y ya está, encontraremos un paso. Aunque el camino es estrecho y poco utilicidado, se puede rodar, pura MTB, pero no, se acaba el camino, el GPS así lo indica. No pasa nada nos damos la vuelta hemos cogido el camino equivocado. Mismo camino bordeando el agua, con grandes matorrales, cardos y más vegetación bastante asalvajada. Cada vez el camino es más estrecho, aveces parece que no hay camino, aveces que podemos cruzar el agua, aveces parece que se acaba la tierra. ¿Donde estamos? Según el mapa estamos a un paso de la Mocha Chica, pero ¿donde está?. Hay bajarse de la bici, para bajar por pendientes impracticables, también para subirlas. Alberto se ve con fuerzas y confiado e intenta bajarlas sin poner pie a tierra. Alguna vez lo consiguió, está claro que está muy fuerte, pero no siempre pudo, incluso apunto estuvo de morder el polvo. Adri en cambio más cauto solo se atreve con las más seguras, es lo más sensato y así lo demuestra, no todo es fuerza, también cabeza. Yo ni siquiera lo intento, no veo con fuerzas para intentar bajar y subir por esas pendientes y mucho menos con confianza, así que con pie en tierra las paso con más pena que gloria, no sin esfuerzo.



Seguimos en mitad de ninguna parte ¿que hacemos? volvemos a mirar el mapa, parece que un poco más adelante hay un camino de verdad, nos ponemos rumbo a ello, pero a la lejos se escuchan unos fuertes ladridos. ¡No puede ser! ¡otra vez no!. Paramos para pensar, está tan cerca el camino. no hay marcha atrás, vamos a inspeccionar, como la otra vez me pongo en cabeza, que sea lo que dios quiera. Llego a una fuerte bajada y se ve el camino, ¡Bien! pero los ladridos siguen ahí, cada vez más cerca, a lo lejos se atisba una granja, puede ser que estén dentro bien atados o por lo menos con las puertas cerradas. Decidido bajo y compruebo, no sin antes bajarme de la bici, para descender, casi me caigo por la fuerte pendiente y el terreno arenoso, lo cual provoca ciertas risas a mis espaldas. Conseguido, perros localizados, bien guardados por sus dueños. Avisado el equipo este empieza a bajar con Alberto a la cabeza, valiente y confiado como siempre, lo que provoca una caída sin daños pero con unas buenas risas y un buen descanso para mí.


Ya llevamos más de la mitad del tiempo previsto para el día y lejos de nuestro objetivo. Tal y como estamos ya no hay tiempo para seguir, tenemos que buscar el camino de vuelta y tomar como bueno el entreno, aunque no se consiga el objetivo del día. Después de llegar a Majadahonda, enderezamos nuestro rumbo hasta volver por donde vinimos. Alberto y Adri siguen fuertes y así lo demuestran, yo en cambio empiezo a notar mi falta de entrenamiento las últimas semanas y las sensanciones con la bici. El camino no es duro pero nunca cómodo, sin olvidarnos de nuestro amigo el viento.




Así después de casi tres horas y media, hemos recorrido 65 km y las conclusiones son, 65 km son 65 km, nunca hay que menospreciar un entrenamiento. Alberto va sobradísimo, Adri ha avanzado con tanta rapidez que dentro de poco podrá con Alberto. Yo en cambio siembro dudas en el equipo, a mi mismo, aunque he dado mi palabra y cumpliré.
Después de todo esto no podía faltar una gran barbacoa con nuestras chicas, que paciencia tienen y con nuestro gran NICO, que ganas hay de conocerlo. ¿Seguirá la saga de su padre? pronto lo sabremos....



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